
Alveolito de La Plata nos manda la imagen de su flamante adquisición, el adivinador del tiempo. Gracias a éste loco invento pudo saber cómo iba a salir el partido de Gimnasia, su club del alma. Siempre le salta la boina cuando pregunta por el número de la quiniela, pero lo reinicia y se marcha de allí.
Una vez, en Plaza Once, adivinó el futuro de un punga, le dijo que lo iban a meter en la gayola y, cuando el malhechor esuchó su destino, lo faqueó por toda la cara dejándole así el mapa completo de la República Oriental del Uruguay.
A partir de ese día jamás volvió a cometer el mismo error y a nadie le comenta sobre su futuro.
Este capo merece el puesto seis del día de los capos mágicos, a mover el esqueleto!!!
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