Capos, tienen que tener como ejemplo al tío Samid, un capo mágico. Grande entre los grandes, un peso pesado.
Tiene la posta. Por las noches (se dice) se disfraza de "Frutillita" y va por los distritos de Buenos Aires al grito de "¡Viva la carne!"
En esta fotografía logra un juego de manos muy divertido, especial para reuniones entre colegas.

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